Innumerables refranes han nacido alrededor del trabajo a lo largo de la historia. Algunos ejemplos muy conocidos y representativos pueden ser los siguientes:
“Nace el hombre para trabajar y no para holgar”
“No hay mejor lotería que trabajar noche y día”
“Para ganar, forzoso es trabajar”
“A quien trabaja, el día nunca le parece largo”
“El hombre para trabajar y el ave para volar”
En la actualidad están ocurriendo fenómenos que desbaratan miles de años de sabiduría popular. Ya no es honroso sufrir por un salario. Nos estamos dando cuenta de que el hombre o la mujer no están hechos solamente para trabajar, es más, el trabajo ya no se concibe como una forma de vida, sino como un fin por un periodo de tiempo limitado y, a ser posible, el menor necesario, con el objetivo de conseguir los recursos que nos permitan disfrutar de la vida.
Nos estamos dando cuenta de que tenemos y debemos de disfrutar de nuestra existencia. Pasan demasiadas cosas a nuestro alrededor que nos indican que tenemos que cambiar nuestra relación con el entorno, y, en consecuencia, se desencadenan fenómenos como son por ejemplo la gran renuncia en la que muchos profesionales, por diferentes motivos pero todos relacionados con ser más felices, deciden provocar cambios drásticos en su vida, o la gran renegociación, en la que de una forma u otra, nos damos cuenta de que el camino a seguir pasa también por cambios vitales importantes, con el fin de conseguir una mayor estabilidad emocional. En aquellos trabajos susceptibles de realizarse dichos cambios drásticos, como por ejemplo la inclusión del modelo de teletrabajo, u otros aspectos que nos permiten ser más nosotros y menos un autómata, el trabajador opta por la negociación y no la renuncia.
El trabajo en sí ya no dignifica, y cuanto más duro sea peor para uno mismo. La sociedad está cambiando totalmente. Hemos inventado, entre otras cosas, prestaciones como el Ingreso Mínimo Vital dirigido a prevenir el riesgo de pobreza y exclusión social de personas que carecen de recursos económicos básicos, algo totalmente contrario a nuestro refranero que dice que “para ganar, forzoso es trabajar…” aunque pueda interpretarse de diferentes formas.
La tendencia es trabajar menos y tener más tiempo libre. La tecnología permite la automatización de muchos procesos y en un futuro cercano quizás se consiga un 100% de automatización laboral que cambie radicalmente la concepción de otra verdad lapidaria… “nace el hombre para trabajar y no para holgar”, ¿y no puede ser que nos estemos dando cuenta de que el hombre y la mujer realmente han nacido para holgar y no para trabajar?… yo estoy convencido de ello, y cada día se ven más indicios.
Si no, nos autoextinguimos antes, la tecnología habrá nacido para trabajar y la mujer y el hombre para holgar…
Habrá que reescribir el refranero español, aunque esta tarea será sencilla, solamente habrá que pulsar la función Reemplazar, y en la casilla Buscar: incluiremos Hombre y en la casilla Reemplazar con: deberemos poner máquina, pulsaremos Reemplazar todos, y de esta forma tendremos nuestro nuevo método adecuado a los nuevos tiempos, que quedaría más o menos así:
“La máquina para trabajar y el ave para volar”