Hace unos años, hablar de sostenibilidad en una conversación sobre salarios habría sonado super extraño. Todos nos preguntaríamos “¿qué tiene que ver lo que cobro con el medio ambiente o la responsabilidad social?”. Sin embargo, el mundo ha cambiado, y con él, la forma en que entendemos la retribución.
Hoy en día, la idea de sostenibilidad, tan arraigada en los valores de muchas compañías, pasó de ser un asunto de imagen corporativa a transformarse en un elemento clave en la estrategia empresarial, incluyendo la gestión de recursos humanos. Muchas empresas están incorporando principios sostenibles y criterios ESG (Environmental, Social & Governance) en sus estrategias de compensación y beneficios, armonizando sus políticas salariales con valores que transcienden lo meramente financiero para atraer y fidelizar el talento, mejorar la imagen corporativa y contribuir a un entorno laboral más justo y equitativo.
Las políticas salariales sostenibles se centran en cómo la retribución económica impacta en el bienestar de los empleados y en la sociedad. Uno de los primeros pasos hacia una política retributiva sostenible es garantizar la equidad salarial. Lo que implica una revisión de las estructuras salariales para evitar brechas injustificadas, como la de género, y aplicar criterios objetivos en la fijación de sueldos y bonificaciones. Así como, la realización de auditorías salariales y trabajar la transparencia haciendo públicos los criterios de compensación, lo que genera confianza entre los empleados y refuerza la marca empleadora.
Más allá del sueldo, en ocasiones, las compañías apuestan por beneficios alineados con un estilo de vida responsable, incluyendo iniciativas como, por ejemplo:
- Movilidad sostenible: ayudas para transporte público, alicientes para compartir vehículo entre los trabajadores o incluso el uso de medios de transporte saludables como bicicletas.
- Flexibilidad laboral y teletrabajo: mejorando la conciliación y apoyando la descarbonización reduciendo la huella de carbono.
- Inversión en bienestar: desde programas de salud mental hasta acceso a formación continua.
- Planes de pensiones responsables: con inversiones en fondos éticos o sostenibles.
Implementar una política salarial con un enfoque ESG no solo beneficia a los empleados, sino que genera un impacto positivo en la empresa y la sociedad. Es importante tener en cuenta, no sólo a las plantillas actuales en la implantación de estas medidas, sino también a las nuevas generaciones, que valoran cada vez más las empresas responsables y esto puede ayudar a atraer nuevos talentos y que se sientan comprometidos con la marca obteniendo de ellos una mayor productividad y fidelización.
Como conclusión, podemos afirmar que está demostrado que la sostenibilidad en la política salarial es una tendencia que está ahí y ha llegado para quedarse. Las empresas que están integrando criterios ESG en su modelo retributivo no solo se están preparando para el futuro, sino que también están demostrando un compromiso real con sus empleados y con el entorno.
