‘Actualidad Económica‘ de ‘El Mundo‘ dedica una entrevista a Carlos Suárez, consejero delegado de Seresco, en la que realiza un recorrido por los comienzos de la compañía asturiana, que en sus 55 años de historia ha sobrevivido tres generaciones familiares e innumerables cambios tecnológicos.
El artículo expone cómo Seresco es una consultora informática con dos caras: una cara joven, casi novata, en el mundo de la bolsa (donde no alcanza el año y medio cotizando),y otra, la que le dan sus 55 años de trayectoria. En 1969 ya había consultoras informáticas en España. En ese año, un grupo de empresarios asturianos procedentes del mundo de la construcción, entre los que se encontraban el padre y el tío del actual CEO, Carlos Suárez, creaban lo que se llamó entonces Asturiana de Informática SA, el germen de la empresa actual.
“Siempre he dicho que eso es una gran ventaja y un gran inconveniente. La gran ventaja es que, oye, nadie tiene cincuenta y tantos años de historia, pero, por otro lado, tenías que estar facturando 3.000 millones, viendo cómo ha ido el mundo del desarrollo de software”, afirma Suárez.
Seresco, que adoptó su nombre actual tras adquirir una firma francesa que se llamaba así, ha atravesado múltiples etapas, marcadas por el cambiante mundo tecnológico. Ha pasado de vender tarjetas perforadas en sus inicios al boom actual de la IA, pasando también por una exitosa incursión en la formación que la convirtió en la gran escuela informática de Asturias durante los primeros pasos de los ordenadores.
¿Qué ha detenido hasta ahora a la entidad asturiana para convertirse en uno de los grandes grupos tecnológicos españoles?. La razón, como ocurre en buena parte del mundo de la empresa familiar, está en la transición a la segunda generación. “Cuando la compañía pasa a los herederos entra en una especie de letargo. No tienen ni la iniciativa, ni la ambición de los fundadores y la empresa se va atomizando”, explica Suárez. “Ahí llega un momento en que deciden desinvertir en la compañía porque se quieren jubilar y nosotros creemos que es el momento ideal para hacernos con el 100% de las acciones”.
Así, Suárez y algunos familiares recompraron de la mano de la directiva –en lo que se conoce en términos financieros como un MBO– la empresa para dotarla de una nueva ambición y estrategia. En la actualidad, las acciones se las reparten en un 65% para el grupo familiar y algo más de un 20% para la cúpula directiva. Han puesto en marcha un plan estratégico para doblar el tamaño de la empresa hasta los 68 millones de euros en 2025 con una receta habitual en este tipo de hojas de ruta: adquisiciones, especialización e internacionalización.
Seresco ha innovado en el camino hacia ello, ya que desde finales de 2022 cotiza en BME Growth, Para Suárez, la cotización en este mercado alternativo sirve a la compañía de dos maneras: como tarjeta de visita y como impulso para la profesionalización de la empresa. “Tienes más transparencia. Cuando vas al extranjero y te preguntan ‘¿quiénes son ustedes?’, si no te conocen, enseguida pueden ver toda tu información y eso da seriedad”, explica Suárez, que además subraya «la importancia de la presencia en los mercados para la transformación de la tecnológica, ya que obliga a ir desarrollando apartados como el compliance y permite retribuir a los empleados con acciones. Además, también sirve como paso previo a entrar en otros mercados, como el de deuda, y para captar recursos para ejecutar las compras contempladas en su plan.»
Con todo, la compañía adolece los mismos problemas que la mayoría de empresas que cotizan en este selectivo como la falta de inversores y liquidez, lo que les ha llevado por ejemplo a destinar recursos a un programa de autocartera para permitir una salida a los inversores que quieran vender. “Están ahora mismo trabajando en atraer más inversores, yo creo que deberían dar un poquito más de libertad al mercado, no ser tan estrictos con normas que se aplican al continuo”, defiende Suárez, que destaca también el potencial en bolsa que dan los analistas a la empresa.
Como en todo plan de crecimiento, y más en el competido mundo de los servicios tecnológicos, Seresco tiene previsto ir haciendo compras para crecer más rápido y añadir servicios en su cartera. De momento, ha adquirido la empresa de ciberseguridad CIES y la compañía portuguesa de recursos humanos Elo. El principal foco de Seresco está en la externalización de servicios de nómina de grandes empresas, uno de sus negocios principales, donde tiene clientes como Alsa y Arcelormittal. Junto a esto ha construido una cartera de crecientes servicios como la gestión de presencia o el desarrollo de software y, ahora, la ciberseguridad, entre cuyos clientes está el Ayuntamiento de Málaga. “Esto nos da un salto exponencial importantísimo. La clave es la venta cruzada de las distintas áreas y líneas de negocio con la cartera de clientes”, explica el directivo.
Entrevista completa en este enlace.