Hace unos días, con el sello del ministerio de asuntos económicos y transformación digital, el Gobierno presentaba España digital 2025 (ED2025) un conjunto de medidas para impulsar la transformación digital de España.
Estas medidas se articulan en diez ejes estratégicos cuya implantación y desarrollo va a influir de manera decisiva en la forma de gestionar el trabajo del futuro y en los nuevos escenarios que se abren a empresas y trabajadores para el desarrollo de su actividad.
El esfuerzo inversor es enorme, 140.000 millones de euros en los próximos cinco años, y aunque el documento se refiera a España Digital 2025 como política de Estado, sin duda la situación sanitaria actual y su devenir futuro van a impactar tanto en el acceso a recursos públicos y privados como en posibles ajustes al calendario inicialmente trazado.
De todos los ejes que se desarrollan en el programa hay algunos que nos parece interesante comentar dado el impacto que pueden tener en la organización de los equipos de trabajo y en los planes estratégicos de los departamentos de RRHH.
Empezando por el eje denominado Conectividad Digital, se hace hincapié en la necesidad de mejorar las infraestructuras que permitan una interconexión global para mover cantidades ingentes de datos. La situación generada tras el COVID ha puesto de relieve situaciones conocidas, pero que en el contexto generado requieren urgentemente una mejora de la cobertura para zonas remotas y pequeñas poblaciones; el programa se ha fijado como objetivo para 2025 que la cobertura de población con más de 100Mbps alcance al 100% del territorio. A medida que esta mejora de la cobertura vaya avanzando se irán eliminando muchas de las trabas que ahora existen para fijar población en zonas rurales; la pandemia ha constatado que un tema como es el teletrabajo puede ser un revulsivo a la hora de atraer recursos que verían mejoradas sus condiciones laborales con mejores horarios, menores gastos y una mayor conciliación familiar. A las empresas nos tocará diseñar políticas que permitan garantizar nuestra actividad y continuidad de negocio en un marco donde la presencia física en nuestros locales no deba ser continuada ni mucho menos determinante y a la administración regular el marco laboral aplicable al trabajo a distancia para garantizar la productividad y eficiencia empresarial sin menoscabo de los derechos de los trabajadores.
Una vez se establezcan las infraestructuras y tengamos el escenario definido , toca pensar en los actores que intervendrán en este nuevo modelo y para abordar este punto el programa, en su tercer eje, habla de las competencias digitales , de la capacidad de las personas para utilizar esas nuevas infraestructuras con confianza y seguridad. En este ámbito de capacidades es necesario, por un lado, dotar de competencias a los usuarios, básicos y/o avanzados, y, por otro, formar especialistas encargados de crear, mantener, implementar… las herramientas creadas.
Centrándonos en el mundo de la empresa, y asumiendo que en el sistema educativo se habrá empezado a trabajar en la adquisición de competencias digitales básicas por parte de los alumnos, se deben diseñar planes para que los trabajadores mejoren las competencias adecuadas a su ámbito laboral, será preciso tener en cuenta que se requerirá, si consideramos el ritmo de los cambios, la necesidad de una recualificación continua a lo largo de toda la vida laboral. El objetivo del programa ED2025 es formar en habilidades digitales para el mundo laboral a ocho millones de personas.
Otra vertiente relativa a personas son los 250.000 profesionales especialistas que se pretende formar para dar cobertura a los entornos digitales que serán requeridos. Esta carencia de profesionales formados nos hará competir por el acceso a perfiles que tendrán en los próximos años una alta demanda con lo cual las políticas de fidelización que pongamos en práctica desde ahora mismo serán determinantes a la hora de conseguir equipos estables y cohesionados.
Tengamos en cuenta también que todo este esfuerzo digitalizador que contempla ED2025 se inscribe dentro de un programa más amplio a nivel europeo y que la mejora de infraestructuras y nuestra apuesta por ser un polo de conectividad en conexiones transfronterizas eliminarán algunas de las fronteras (físicas y virtuales) actuales generando un mercado laboral en el que trabajadores desde cualquier parte del mundo podrán trabajar para empresas situadas en cualquier parte del mundo. Es decir, podremos acceder a perfiles no nacionales pero también nuestros profesionales serán contactados por empresas foráneas en un grado mucho más alto de lo que actualmente ocurre.
Por último, el eje 5, relativo a la transformación digital del Sector Público, pretende conseguir una administración pública donde la presencia física para la realización de trámites sea un anacronismo del pasado, donde muchas gestiones puedan ser realizados on line por los usuarios y donde las empresas y ciudadanos no se pierdan en una maraña muchas veces interminable. Sería deseable que todo este esfuerzo tuviese también en cuenta la necesidad de una administración donde criterios y procedimientos sean únicos y no tengamos que movernos, como está ocurriendo actualmente, al albur de criterios de cada administración autonómica, regional o local.
En resumen, cambios anunciados, cambios pospuestos y cambios ineludibles si queremos aprovechar todas las oportunidades que brindan las nuevas tecnologías y estar la primera línea de este mundo que viene …o que ya está aquí
