La Organización Mundial de la Salud define la salud mental como: “…un estado de bienestar en el cual el individuo se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.
Y por qué no decirlo… ¡pocas cosas nos dan tanta salud mental en tan poco tiempo como unas merecidas vacaciones! ¿No crees? Sin embargo, y aunque parezca mentira, las vacaciones no son para todos un sinónimo de descanso y desconexión, pero, aun así, son imprescindibles para la salud y bienestar mental de las personas. Disfrutar de las vacaciones es tan beneficioso como necesario porque es una forma más de autocuidado personal que alivia el estrés y agotamiento diario; mejora nuestro estado de ánimo; descarga tensiones y disminuye el malestar físico y psicoemocional… por nombrar algunas de sus bondades en nuestra mente y cuerpo.
Obviamente, los niveles de estrés durante las vacaciones son sensiblemente menores a los de la jornada laboral. Por eso, es muy importante escoger bien el tipo y la duración del periodo vacacional, ya que será clave para delimitar la duración de los efectos beneficiosos una vez hayas regresado a la rutina. Por ejemplo, asume que no siempre podrás hacer todo lo que te gustaría, ni ir a todos los sitios que te gustaría, ni comer en todos los restaurantes que te gustaría…. Mejor planifícate siendo realista sobre lo que sí te dé tiempo a hacer.
Así, además de reducir los niveles de estrés, las vacaciones también ejercen un papel protector frente a diversas enfermedades que afectan a la salud mental o cardiovascular. Algunos estudios incluso apuntan que no tomarse un descanso en varios años supone tener un 30% más de posibilidades de sufrir un ataque cardíaco o padecer una enfermedad coronaria.
Ah! No te olvides de delegar tareas en casa o en el lugar de vacaciones, para que no todas recaigan sobre ti y acabes por sentir estrés vacacional.
¿Y qué pasa cuando ya se están acabando las vacaciones y toca volver al trabajo? Lo más recomendable es regresar a tu lugar de residencia con tiempo e ir adaptando tus horarios a la rutina habitual. Aunque parezca que los efectos positivos de las vacaciones son efímeros y sólo están vinculados a nuestro estado de ánimo y niveles de estrés vacacionales, cabe recordar que muchos de estos beneficios pueden permanecer a largo plazo.
Personas felices crean empresas felices, con ‘buen rollo’ y donde todos quieren trabajar. Además, estudios de Forbes afirman que una empresa feliz tiene un 66% menos de bajas laborales; otro estudio de la Universidad de Warwick explica que los trabajadores felices son un 12% más productivos que los infelices; otro estudio de Gallup encontró que las empresas con empleados comprometidos y satisfechos son un 21% más rentables. La conclusión es clara: las empresas tienen mucho que ganar si deciden invertir más en el bienestar emocional y calidad de vida de sus empleados.
Sin duda, vivimos nuevos tiempos y, cada vez más, la salud y bienestar emocional cobran más importancia, tanto a nivel individual como a nivel organizacional, incluso desde un punto de vista estratégico. Así que no lo dejes como un tema en segundo plano, sino que tenlo bien presente en la lista de prioridades del departamento de gestión de personas de tu empresa.
